De Caracas, aceites que cambian vidas, viajes y cambio climático
Seguimos descubriendo historias asombrosas
Hola Terrícola,
Hoy te escribo desde Caracas. Si leíste la carta de la semana pasada, en la que te presentaba el episodio 1 del podcast Flores en el Asfalto, sabes que tuve que viajar por una emergencia familiar.
Por suerte, mi mamá está mejor y el susto valió para solucionar todas las cosas que me habían impedido viajar a Venezuela en los últimos 13 años. Es una larga historia que ahora no voy a contar.
Así que empiezo a escribir esta carta el domingo, desde Caracas, sin conexión a Internet. Así hemos pasado el día. El agua, por su parte, llega uno o dos días a la semana y hay que administrarla con muchísimo mimo para que dure el tanque que afortunadamente hay en esta casa.
Mi única salida, aparte de una caminata por los alrededores de la casa, fue el viernes pasado, para hacer una compra con mi primo A*. Fuimos en coche, y vimos al menos dos docenas de militares por el camino. Me explica A* que paran a los coches para ver si pueden sacarle algo de dinero a sus pasajeros, asustandonos…