Actualizar a la versión de pago para reproducir el mensaje de voz.
Hola Terrícola,
Te escribo desde una ¡al fin! fresquita Barcelona. El otoño nos llega cuando noviembre ya comienza a caer por su peso, para recordarnos el clima que debíamos estar viviendo desde hace varias semanas.
Yo trato de pasarlo entre mantas, bufanda, jerseys y hasta guantes si hace falta, -esos que dejan los deditos fuera van geniales para teclear-, con tal de evitar usar la estufa para mi sola, cosa que me parece un rotundo desperdicio de energía. Y lo prometo, lo hago desde mucho antes de que el precio de la luz se pusiera por las nubes.
Y es que estoy convencida de que podemos cambiar las cosas, pero eso solo será posible si comenzamos por cambiar nosotras mismas.