Salvar la sostenibilidad, agua en cartón y otras reflexiones
¿Cómo se recuperan las palabras robadas?
¡Hola, Terrícola!
Me inquieta mucho cada vez que escucho a alguien decir: ”¿Qué es la sostenibilidad? La palabra sostenibilidad no significa nada”. 🤨
Yo sé desde dónde lo dicen. Es cierto que se ha abusado tanto de la palabra SOSTENIBILIDAD (y sus derivados) que parece que se ha desgastado.
Pero yo soy una enamorada de las palabras y su poder, y creo esta tiene mucho que decir, si sabemos escucharla (¡y usarla!).
En defensa de la palabra SOSTENIBILIDAD
La RAE nos define así la palabra sostenible:
1. Adj. Que se puede sostener. Opinión, situación sostenible.
2. Adj. Especialmente en ecología y economía, que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente.
Ambas definiciones son valiosas, pero me quedo con la parte esencial: algo es sostenible si puede mantenerse en el tiempo.
Eso lo resume todo.
Porque toda actividad, para ser realmente sostenible, debe serlo desde tres perspectivas fundamentales:
• Ambiental, sin causar graves daños al medio ambiente.
• Social: sin impactos negativos en las personas y las comunidades.
• Económica, porque sin viabilidad económica, cualquier iniciativa está condenada al fracaso.
Esto me lleva a recordar algo que señala el periodista Antonio Cerrillo en su libro Emergencia Climática. Escenarios del calentamiento y sus efectos en España:
Los seres humanos tendremos que ajustarnos a la capacidad ecológica de la Tierra, "ya sea por haberlo planificado o por vía de un desastre”.
Es decir, lo que no sea sostenible está, por definición, condenado a desaparecer (claro, si no puede sostenerse a lo largo del tiempo…). Y mejor será hacerlo desaparecer antes de que no quede más remedio.
Desde mi punto de vista, el adjetivo sostenible nos sitúa en un marco amplio que nos permite profundizar en los detalles.
Por ejemplo, si yo te digo que “esta camiseta es sostenible” te estoy diciendo muy poco.
Podría estar usando esa etiqueta comodín para referirme a cómo se sembró el algodón, el cuidado del suelo, el uso del agua, los fertilizantes y pesticidas utilizados (o no), o las condiciones laborales de las personas involucradas.
Por eso, además de la etiqueta, tenemos que dar detalles que respalden y expliquen qué es lo que hace que la producción de esa camiseta es sostenible.
Pero eso no tiene que estar reñido con el uso legítimo y consciente de la palabra sostenible.
Greenwashing en falso cartón
Del otro lado del conflicto con la palabra sostenibilidad, tenemos a la palabra greenwashing.
Justamente, la “culpable” de los problemas a los que hoy se enfrenta la primera.
Ya lo sabes. Nos habla de empresas o marcas que intentan parecer más ecológicas o sostenibles de lo que realmente son, usando publicidad engañosa o afirmaciones poco claras para manipularnos, porque saben que cada vez somos más conscientes del impacto de nuestro consumo y queremos reducirlo.
No creo que haya mejor ejemplo que el del agua mineral que presume de venir “en caja”.
En la descripción de una de estas marcas en una tienda online leo:
El agua [nombre de la marca] Cartón Sostenible es una opción sostenible y práctica (… ) hecho con cartón impermeabilizado, lo que lo convierte en una opción amigable con el medio ambiente. ¡Prueba el sabor fresco y puro del Agua Mineral [nombre de la marca] Carton Sostenible ahora mismo!
Tres veces usan la palabra sostenible para hablar de un agua envasada en tetrapack. Además, amigable con el medio ambiente. Por si no lo sabes, el tetra pak o tetrabrick es un envase compuesto de cartón, plástico y aluminio. Por eso es un material muy difícil de reciclar y, en muchos lugares (como España), no hay infraestructuras capaces de recuperarlo. Claramente es cualquier cosa menos sostenible.
Y entonces, ¿el problema está en la palabra sostenibilidad, o en todas las mentiras con las que intentan vendernos este mal producto?
En nombre de la ley
El año pasado, la Unión Europea aprobó una directiva que justamente busca combatir el greenwashing. Está diseñada para proteger a los consumidores de afirmaciones medioambientales falsas o engañosas, y establece que las empresas deben justificar con información clara y veraz todas las afirmaciones medioambientales que hagan sobre sus productos. Además, solo permite el uso de distintivos de sostenibilidad que estén respaldados por certificaciones oficiales.
(Esta normativa entró en vigor en marzo del 2024 pero su cumplimiento no será obligatorio hasta septiembre del año que viene).
Para salvar la palabra sostenibilidad, tenemos que tomárnosla muy en serio. Como personas consumidoras, debemos exigir acción, transparencia y veracidad. Y si apostamos por la sostenibilidad como marcas, tenemos que demostrarlo con hechos, no con palabras vacías.
Así, igual la palabra sostenibilidad vuelve a pertenecernos. ¿No crees?
BUEN IMPACTO
Esto va para mis queridas terrícolas emprendedoras o terrícolas curiosas:
Os presento a BUEN IMPACTO, un programa grupal que he creado para vosotras en el que, sí, os contaré muchas cosas, pero sobre todo os haré trabajar para que salgáis con una comunicación auténtica, llena de propósito y, desde luego, estratégica.
La he diseñado para marcas de triple impacto -social, ambiental y económico-, y situándome en la Yve que tenía que hacerse cargo de la mitad del ecommerce Usar y Reusar hace unos años, cuando gestionaba nóminas, pedidos a proveedores, incidencias con clientes, contabilidad y, además, toda la comunicación de la marca.
Ojo: Yo sé lo difícil que es hacer un hueco en tu agenda para sentarte a pensar en tu marca, recordar de dónde viene y hacia dónde va. Pero también sé que es indispensable hacerlo si quieres tener una comunicación con sentido que realmente haga crecer tu marca.
Y algo que me hace muy feliz: voy a realizar dos ediciones (casi) simultáneas: Una virtual, a la que podrás unirte desde cualquier lugar del mundo, y otra presencial en Barcelona, para quienes quieran una experiencia en carne y hueso. Os lo cuento todo aquí: laecocosmopolita.com/buen-impacto.
Para leer en compañía:
y el escritor Pedro Ramos están organizando un club de lectura online llamado Artefacto Terrícola : 6 meses y 6 lecturas para conectar con la naturaleza.
Arranca con un clásico que yo aún tenía pendiente: el Walden de Thoreau.Tiene ideas difíciles de asimilar en nuestros tiempos pero también tiene otras que solo han ganado actualidad con los años, como esta:
En cuanto a la ropa, para empezar a hablar en términos prácticos, me parece que, a la hora de comprar, nos guiamos más por el amor a la novedad y el cuidado de la opinión de los hombres, que por la verdadera utilidad de las prendas.”
O esta:
Inversión sostenible: Si quieres hacer una inversión sostenible, te invito a conocer la plataforma de crowdfunding Ener2Crowd, que permite invertir en proyectos que trabajan por la transición energética con montos tan accesibles como 100€ en modalidades de préstamo o de participación en capital. Creo que vale la pena verlo con cuidado.
Una biopic: Vi muchas películas de Jacques Cousteau cuando era pequeña pero, la verdad, pensaba que sabía más sobre él. Me encantó conocer su historia en la película Jacques porque nos lo muestra absolutamente humano, poblado por luces y sombras como todos y todas. Al final, claro que sí, gana la luz y las ganas de proteger a los océanos por encima del deseo de conquistarlo. Está en Filmin.
Out of topic
No soy muy de series, películas o libros de detectives, pero estoy disfrutando mucho de Shetland. Es una serie protagonizada por un detective Jimmy Perez, escocés aunque no lo parezca por su nombre, y seguramente lo mejor que tiene son los paisajes.
Es imposible verla y no comenzar a soñar con un viaje a las islas Shetland, entre Gran Bretaña y Noruega. Y el tratamiento que dan a temas delicados como el abuso sexual es ejemplar.
Está, como no, en Filmin (¡prometo que no me pagan por hablar de la plataforma! ¡Solo soy una fan!).Estoy adicta al segmento de historia de Nieves Concostrina en la cadena Ser. Yo los escucho en su canal Todo Concostrina en Spotify y me muero de la risa a la vez que me entero de sorprendentes “historias de la historia”.
Por ejemplo, este programa sobre la historia de la radio es una maravilla. Eso sí, advierto que si eres una persona religiosa, seguramente no te hagas amiga de Nieves.Hace unos diez años, hice un viaje en bicicleta de siete días por el Canal du Midi, con Mau y las niñas. Fue una absoluta maravilla y preparándolo leí mucho en un foro llamado Rodadas.
Pues ahora tienen una nuevísima web para viajeros sin prisas, que está llena de consejos para planificar tus rutas, guías súper útiles, relatos inspiradores y unos foros activos donde puedes resolver tus dudas.
Perfecto para lanzarte al cicloturismo. Échale un vistazo: rodadas.net.
Y ahora, querida terrícola, querido terrícola, llegó la hora de despedirnos. Nos leemos pronto de nuevo. Y, cualquier cosa, ya sabes que estoy a un email de distancia.
Nos vemos en el espejo,
Yve Ramírez
La Ecocosmopolita
Flores en el asfalto
BUEN IMPACTO